martes, 10 de agosto de 2010

Grand Canyon y la Ruta 66

Desde que salimos de Las Vegas hemos estado muy ocupadas. Primero de camino a Grand Canyon cambiamos de estado y pasamos de Nevada a Arizona. Allí aterrizamos en Williams, un pueblo/ciudad a unas 60 millas de Canyon, que forma parte de la mítica Ruta 66. Allí pasamos un par de noches en un motel bastante barato y no demasiado cutre y lo establecimos como punto de referencia en nuestra visita al Cañón.
Sobre Grand Canyon es dificil escribir, describir, explicar las imágenes que se agolpan en la mente a toro pasado, las sensaciones que causa una naturaleza tan brutalmente hermosa. En mi caso se mezclan además otras sensaciones no tan agradables que sabía que seguramente la visita al Cañón me suscitaría pero que no sabía hasta que punto me afectaría:Vértigo!!!
Es difícil explicar como puedes tener una sensación similar... estar convencida de que estás ante el paisaje más hermoso, más brutal, ante el paisaje en el que tomas conciencia de lo pequeña e insignificante que es una persona (en este caso yo) y lo magnífica que es la naturaleza, capaz de dibujar un entorno como ese; pues bien, al tiempo esa sensación se mezcla con vértigos, miedos antiguos y nuevos, impotencia... resultado final: Ataque de ansiedad incapaz de controlar en un salto al vacío de 2000 metros. Esto a los 10 minutos de llegar al Canyon. Afortunadamente perseveré, sobre todo gracias al apoyo y a la paciencia de BB y al final del día pude hasta asomarme al borde del Canyon desde el Yaqui Point, uno de los muchos puntos de observación de la margen sur del Canyon; desde aquí vimos la puesta de sol y de nuevo me asaltaron las lágrimas, esta vez no por la ansiedad sino como la única forma de expresar las emociones que la vista provocaba. Tengo grabadas en mi memoria las imágenes, los tonos rojizos primero, rosados después y finalmente morados que provocaba la luz del sol apagándose, poco a poco, sobre las crestas de Grand Canyon.

La vuelta a Williams despues de este intenso día aún nos deparó una nueva sorpresa a las pocas millas de salir, atravesando la boscosa carretera con la noche ya cerrada divisamos a lo lejos una figura cruzando... BB va frenando y cuando nos acercamos vemos que es un enorme ciervo con una cornamenta impresionante, que cegado por las luces de nuestro coche se aparta lentamente de la carretera y se sitúa a menos de un metro del borde en el arcen pasamos tan cerca de él que casi pudimos tocarlo, que grande y que hermoso era, y menos mal que decidió apartarse!!!

En Williams nos comimos las costillas de res más ricas del mundo, en un lugar con mucho encanto, mítica parada de la Ruta 66 y con música en directo ¡Vamos, de lujo!
El día de nuestra partida Williams amaneció diluviando, mal augurio para las más de 500 millas que nos esperaban; afortunadamente, la lluvia cesó al poco de ponernos en ruta y pudimos disfrutar y padecer tan largo trayecto que nos llevó hasta Santa Bárbara (Carpintería, para ser más exactos) pasando por Los Ángeles (aunque testimonialmente) o mejor dicho por sus atestadas autopistas, ni siquiera vimos las letricas de HOLLYWOOD...

Después de todo el día viajando, cambiando varias veces de paisaje y de clima, los tonos verdes de la campiña cercana al Cañón, el desierto de Mojave (con platillo volante incluido), las autopistas de LA y la costa hasta Santa Bárbara llegamos tarde, muy tarde (para lo que por aquí se estila) a buscar motel. Con toda la zona al límite de ocupación despues de unas cuantas "no vacancy" encontramos habitación en el Motel Casa del Sol... bonito nombre para un antro en el que cada vez que ponías un pié en el suelo era para matar una cucaracha... argggg, eso si, tenía un yacuzzi dentro de la habitación y un vecino al que después de tener que escuchar follar, tuvimos que oir roncar como un oso... que asco!!! menos mal que nos llevamos los tapones!!!

Desde aquí salimos zumbando con el biquini puesto y dispuestas a disfrutar de nuestro primer día de playa, pero para nuestra desilusión amaneció frío y nublado, así que carretera y manta hasta Morro Bay y de paso varias instrantaneas de la Hwy 1 que también quedarán en la retina, con playas salvajes y perdidas y los primeros acantilados brumosos de esta hermosa costa; por último Morro Bay, una localidad pequeña de pescadores y turismo moderado y tranquilo, su gran piedra sagrada frente a la bahía y sus leones marinos tomando los últimos rayos de sol en el embarcadero.
¡Qué gusto!
Mayoko

4 comentarios:

  1. Pero que ganicas me están dando de estar por allí con vosotras ¡¡Que gran viaje!! Y que bien lo contais.

    Besotes

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  2. Lo bonito de estos relatos es que son en caliente; es decir se describen los echos y sensaciones al mismo tiempo que transcurren. De esta manera, viajamos con vosotras

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  3. Lo estoy viviendo a traves de vosotras, pués aunque me parece un viaje maravilloso, yo creo que no sería capaz de volar tantas horas. Estupendo

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  4. Nos alegramos mucho de que os estén gustando nuestros relatos... aún quedan en cualquier caso, mil historias que contar frente a un buen vinito o cervecita... besos

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